El lavado de manos y el cuidado de la piel

El correcto lavado de manos es una de las mejores formas de protegernos de las enfermedades, pero el lavado frecuente y uso de sanitizantes (alcohol en gel) puede alterar las funciones de la piel y llevar a la aparición de enrojecimiento, picazón, resequedad y grietas, lo cual favorece la entrada de bacterias y otros gérmenes.

Es importante que ante la aparición de alguna de estas eventualidades el lavado de manos CONTINÚE REALIZÁNDOSE (sin excepción).

La manera correcta sería la siguiente:

  • Lavar las manos durante 20 segundos con agua corriente limpia (tibia o fría) y jabón, haciendo espuma, cuidando limpiar cada parte, incluyendo dorso de manos, entre los dedos y debajo de las uñas.
  • Secar las manos con toalla limpia a través de “palmadas” (no frotando), o por medio del aire, dejándolas ligeramente húmedas, y aplicar inmediatamente una crema restauradora de la barrera cutánea, que contenga por ejemplo ceramidas, avena, lanolina, vitamina A y E, etc. (En lo posible crema y no emulsión, ya que esta última es menos efectiva para estos casos)
  • Hacer esto luego de cada lavado permitirá mantener las manos hidratadas.
  • El uso de alcohol en gel debería hacerse sólo en caso de no poder lavarse las manos con agua y jabón, cuidando de la misma forma de aplicar en la totalidad de ambas manos, y en este caso, aplicar la crema una vez que el mismo se ha secado.
  • Por la noche repetir la aplicación de crema antes de dormir.

Servicio de Dermatología